En el antiguo Egipto, los escribas eran las personas que se dedicaban a copiar y escribir documentos varios y eran los únicos que conocían la escritura. Además debían estudiar cuatro o cinco años para aprender a leer y escribir los jeroglíficos. Este oficio pasaba de padre a hijo y su enseñanza empezaba hacia los nueve años. Este era un personaje fundamental, pues eran cultos, expertos en escritura jeroglífica, conocían los secretos del cálculo, siendo los únicos capaces de evaluar impuestos, redactar, leer y transcribir las órdenes del faraón. Los útiles que utilizaba el escriba en su trabajo eran una paleta con huecos para tintas de diferentes colores, una jarra de agua y un cálamo de papiro con su estuche.
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| Escriba usando el cálamo y el papiro |
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