Don Juan Tenorio es uno de los personajes más famosos del teatro español. Esta obra teatral se representa según la tradición en el día de los Difuntos, coincidiendo con la festividad de Todos los Santos. Fue escrita por José Zorrilla, gran dramaturgo nacido en Valladolid en 1817. Se inspiró para su creación en “El burlador de Sevilla y convidado de piedra” de Tirso de Molina.
Una de las escenas más famosas y conocidas de esta obra de la literatura es la escena del cementerio y de las apariciones, en la que seguramente se consideró que sería el pretexto adecuado para programar esta obra coincidiendo con la Festividad de Todos los Santos y la de los Fieles Difuntos. En esta escena, las estatuas del cementerio cobran vida y las sombras hablan, creando un ambiente tenebroso y de misterio.
La obra narra las peripecias de don Juan Tenorio, un joven caballero entregado a una vida desenfrenada de apuestas, amoríos y duelos. El comienzo de la trama consiste en una apuesta entre él y otro joven, Don Luis Mejía, para ver quién, en un año, hace más maldad con más fortuna. Esto a su vez desencadena otra apuesta, que consiste en que don Juan consiga seducir a una joven novicia (aspirante a monja), doña Inés (aquí se desarrolla la célebre escena del sofá), y a la prometida del otro joven. Don Juan con habilidad va consiguiendo todo lo que se propone, pero cada vez su alma se va perdiendo más y más. Al final de la obra debe de enfrentarse a sus fantasmas y solo el amor que por él siente la joven Inés es capaz de salvarle de permanecer eternamente en el infierno.
Una de las escenas más famosas y conocidas de esta obra de la literatura es la escena del cementerio y de las apariciones, en la que seguramente se consideró que sería el pretexto adecuado para programar esta obra coincidiendo con la Festividad de Todos los Santos y la de los Fieles Difuntos. En esta escena, las estatuas del cementerio cobran vida y las sombras hablan, creando un ambiente tenebroso y de misterio.
La obra narra las peripecias de don Juan Tenorio, un joven caballero entregado a una vida desenfrenada de apuestas, amoríos y duelos. El comienzo de la trama consiste en una apuesta entre él y otro joven, Don Luis Mejía, para ver quién, en un año, hace más maldad con más fortuna. Esto a su vez desencadena otra apuesta, que consiste en que don Juan consiga seducir a una joven novicia (aspirante a monja), doña Inés (aquí se desarrolla la célebre escena del sofá), y a la prometida del otro joven. Don Juan con habilidad va consiguiendo todo lo que se propone, pero cada vez su alma se va perdiendo más y más. Al final de la obra debe de enfrentarse a sus fantasmas y solo el amor que por él siente la joven Inés es capaz de salvarle de permanecer eternamente en el infierno.
Esta obra teatral es un drama romántico realizado en dos partes:
- La primera parte se divide en cuatro actos y transcurre en una sola noche:
Acto II: "Destreza".
Acto III: "Profanación".
Acto IV: "El Diablo a las puertas del Cielo".
- La segunda parte se divide en tres actos. Transcurre también en una sola noche, pero 5 años después de los sucesos de la primera parte:
Acto I: “La sombra de Doña Inés”, con seis escenas, se desarrolla principalmente en un panteón y en el cementerio.
Acto II: “La estatua de Don Gonzalo”, con cinco escenas, se desarrolla principalmente en la casa de Don Juan.
Acto III: “Misericordia de Dios, y Apoteosis del Amor”, con cuatro escenas, incluyendo la última escena que sólo tiene un dialogo recitado por Don Juan en el cementerio con el que termina la obra.
La editorial Anaya tiene publicada una adaptación de esta obra clásica, en su colección Clásicos a medida a partir de 14 años. Además existe una guía de lectura de descarga gratuita en la que, capítulo a capítulo, se ofrece la posibilidad de analizar la obra desde diferentes puntos de vista a través de las actividades.
Os dejo algunos de los versos más conocidos de esta fantástica obra para que disfrutéis recitándolos:
"¿No es cierto, ángel de amor,
que en esta apartada orilla
más pura la luna brilla
y se respira mejor?
Esta aura que vaga llena
de los sencillos olores
de las campesinas flores
que brota esa orilla amena;
esa agua limpia y serena
que atraviesa sin temor
la barca del pescador
que espera cantando al día,
¿no es cierto, paloma mía,
que están respirando amor?"
"A quien quise provoqué,
con quien quiso me batí,
y nunca consideré
que pudo matarme a mí
aquel a quien yo maté".
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